Geopolítica
Venezolanos en EE. UU. reaccionan al giro de Trump sobre Maduro

Decepción y temor: La eliminación del TPS deja a miles de venezolanos en EE.UU. en incertidumbre
Cuando Donald Trump inició su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, ciudadanos de 17 países contaban con el Estatus de Protección Temporal (TPS). Entre ellos figuraban naciones afectadas por crisis humanitarias como Afganistán, Somalia, Camerún, y varios países de América Latina, incluyendo El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua y Venezuela.
Sin embargo, en una decisión que ha generado indignación y temor, el gobierno de Trump ha eliminado el TPS exclusivamente para Venezuela, afectando a 348.202 venezolanos que obtuvieron la protección migratoria en 2023. Ahora, estos migrantes deberán abandonar el país antes del 7 de abril, a menos que logren cambiar su estatus legal o presenten solicitudes de asilo para evitar la deportación.
La noticia ha causado un fuerte impacto en la comunidad venezolana en EE.UU., que pocos días antes también había recibido el golpe de la suspensión del parole, un permiso humanitario implementado por la administración de Joe Biden.
«No solo nos sentimos traicionados, nos sentimos usados», expresó Adelys Ferro, activista y directora de la organización Venezuelan American Caucus en Miami. Durante una rueda de prensa en el restaurante El Arepazo, punto de encuentro emblemático de la comunidad venezolana en Doral, Ferro y otros activistas alzaron su voz contra la decisión de la administración Trump.

El presidente Nicolás Maduro recibió al enviado especial estadounidense, Richard Grenell, en Caracas el pasado 31 de enero.
Angustia e incertidumbre
El temor entre los venezolanos con TPS es palpable. «Pensé que había hecho todo bien, ahora no sé qué hacer», declaró un beneficiario del programa a BBC Mundo, quien prefirió mantenerse en el anonimato. «Jamás imaginé que me sentiría tan perseguido en EE.UU. como en Venezuela».
Mayra Marchán, de la organización de ayuda humanitaria All For Venezuela, también cuestionó la decisión: «¿Qué pasará con quienes no pueden volver a Venezuela, pero tampoco pueden quedarse en EE.UU. sin un trabajo legal? ¿Cómo harán cuando pierdan su seguro médico o no puedan enviar a sus hijos a la escuela por miedo a ser deportados?».
Un cambio de postura con dudas
El gobierno de EE.UU. ha mantenido una relación hostil con Venezuela, calificando su régimen como una «dictadura». Sin embargo, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, justificó la eliminación del TPS alegando «mejoras notables» en economía, salud pública y seguridad en Venezuela, condiciones que permitirían el regreso seguro de sus ciudadanos.
Esta posición contrasta con la evaluación de la administración Biden, que tres meses antes había extendido el TPS para los venezolanos, argumentando que la crisis humanitaria y la violencia en el país seguían siendo críticas. La Organización de Naciones Unidas estima que casi 8 millones de venezolanos han huido de su país en la última década, en el mayor éxodo de la región.
Deportaciones y acercamientos con Maduro
Mientras la comunidad venezolana en EE.UU. enfrenta la incertidumbre, Trump ha comenzado a deportar a migrantes a Venezuela. El 10 de febrero, 190 venezolanos aterrizaron en Caracas en vuelos operados por la aerolínea estatal Conviasa. Estas deportaciones son parte de un inesperado acercamiento entre la administración Trump y el gobierno de Nicolás Maduro, tras la liberación de seis ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela.
A pesar de esta cooperación, el secretario de Estado, Marco Rubio, aseguró que la administración Trump no reconoce a Maduro como presidente. «No hay conversaciones para reconocer a Maduro. De hecho, no lo reconocemos», afirmó Rubio en una gira por Centroamérica.

Dos aviones de Conviasa llegaron a Venezuela con el primer grupo de deportados desde EE.UU. el lunes 10 de febrero.
Estigmatización de los venezolanos en EE.UU.
Entre las razones para revocar el TPS, el gobierno Trump citó la presencia del Tren de Aragua, una organización criminal de origen venezolano. Sin embargo, activistas han rechazado que se use este argumento para estigmatizar a toda la comunidad venezolana en EE.UU.
«Apenas 600 personas han sido identificadas como sospechosas de tener vínculos con el Tren de Aragua, y ninguna de ellas tiene TPS», denunció Adelys Ferro. «Quienes tienen TPS han pasado revisiones biométricas, de antecedentes penales y deben probar su residencia».
Helene Villalonga, presidenta de la organización Amavex, también alertó sobre el peligro de generalizar: «Es cierto que el Tren de Aragua existe, pero no podemos permitir que se criminalice a toda una comunidad».
Un futuro incierto
Muchos venezolanos en EE.UU. confiaban en que Trump sería su aliado y ayudaría a un cambio político en Venezuela. Ahora, sienten que los han dejado a la deriva. «En Venezuela la situación no ha mejorado, al contrario, ha empeorado», concluyó Villalonga. «No entendemos qué ha cambiado para justificar que los venezolanos deban regresar».