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El pelotero que gastaba su sueldo comprando un apartamento quincenal

Deportistas cambian el juego: la nueva era de atletas con inteligencia financiera

Durante años, la historia del atleta que amasa una fortuna y la pierde tras el retiro ha sido casi un lugar común. Pero esta tendencia comienza a revertirse gracias a una nueva generación de deportistas que están adoptando una visión más estratégica sobre su futuro financiero, incluso antes de alcanzar la cima de sus carreras.

Quienes menos ganan, más aprenden

Una de las lecciones más reveladoras de conversaciones recientes con atletas es que aquellos que han recibido menos ingresos suelen ser los más disciplinados con sus finanzas. A diferencia de las superestrellas con contratos multimillonarios y prolongados, los jugadores con vínculos más cortos y sueldos modestos no tienen margen para errores. Tras deducciones como impuestos y comisiones, su ingreso real es mucho menor, por lo que cada gasto debe ser calculado con precisión. Para ellos, la educación financiera no es un lujo: es cuestión de supervivencia.

Una nueva mentalidad desde las bases

El cambio no ocurre por casualidad. Muchos atletas jóvenes —especialmente peloteros dominicanos— están recibiendo formación financiera desde sus años de academia. Ya no se espera al retiro para hablar de inversiones; hoy, jugadores de apenas 26 o 27 años ya manejan carteras diversificadas que incluyen bienes raíces, emprendimientos y activos bursátiles.

El caso de Carlos Gómez, exjugador de Grandes Ligas, es ilustrativo. Rompió moldes invirtiendo en negocios poco comunes como ferreterías y proyectos de construcción. Su ejemplo ha servido de inspiración para otros, como Eduardo Núñez, quien comenzó a ahorrar por consejo de un compañero.

El legado financiero de A-Rod

Una figura clave en esta transformación es Alex Rodríguez. Más allá de su impacto en el diamante, su influencia se extendió al vestuario, donde hablaba abiertamente de bienes raíces e inversiones mientras otros discutían autos o fiestas. Su enfoque caló en muchos compañeros, algunos de los cuales hoy poseen extensas propiedades.

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Ubaldo Jiménez también dejó su huella: en un momento de su carrera llegó a comprar un apartamento cada quincena. Esa visión de largo plazo ha sido crucial para asegurar su bienestar más allá del retiro.

Invertir con propósito y visión

Para muchos atletas, las primeras inversiones siguen siendo personales: la casa de la madre, su propio hogar, una finca soñada. Pero luego dan el salto hacia decisiones más estratégicas como propiedades en renta, fideicomisos y hasta participación en firmas bursátiles en República Dominicana.

Los excesos del pasado —lujos, fiestas desmedidas y entourages— están siendo reemplazados por celebraciones más íntimas y sostenibles. Como dijo un jugador: “Es muy distinto hacer una fiesta en tu finca que gastar una fortuna en una mesa de discoteca”.

Una nueva generación con mentalidad de legado

Aunque el dinero continúa fluyendo en el mundo del deporte, la forma de manejarlo está cambiando radicalmente. El atleta moderno ya no solo entrena su cuerpo: también fortalece su mente financiera. Conscientes de que el talento puede ser fugaz, están aprendiendo a construir un legado que trascienda el juego.

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